[…] Claudio, estoy seguro, no era consciente aún de lo que aquel delgado volumen, precoz y tan profundamente renovador, iba a significar en la historia de la lírica española de posguerra. Y es algo que todos sabemos hoy: se trata de un libro donde la poesía se atrevía de nuevo a ser cántico, y serlo de un modo simbolizante y aun visionario. Y esto, y aquí está el “atrevimiento”, se producía en una época cuando lo que se llevaba era el rezo por la situación dolorosa del país, y el decir realista y directo defendido por los “sociales”.