El estudio de la obra de Claudio Rodríguez se remonta en W. Michael Mudrovic (1947-) a la década de 1970, cuando, tras un viaje a tierras castellanas, descubrió los versos del poeta y quedó para siempre prendado de ellos. De 1976 es su tesis doctoral, The Poetry of Claudio Rodríguez: Technique and Structure, investigación que llevaría a cabo bajo la docta guía del insigne hispanista Andrew P. Debicki.
Amén de las decenas de artículos que sobre Claudio Rodríguez ha publicado, sería en su ingente estudio Breaking New Ground: The Transgressive Poetics of Claudio Rodríguez (Bethlehem, PA, Lehigh University Press, y Londres, Associated University Presses, 1999), donde Mudrovic ampliaría y sintetizaría su labor investigadora de toda una vida. Parte en ese libro Mudrovic del supuesto de que las obras de Claudio Rodríguez están meticulosamente estructuradas en torno a una sección de dos poemas que le confiere a cada una de ellas un diseño y carácter exclusivo, al tiempo que cada poema logra mantener su independencia e integridad singular.
El tema que unifica los poemarios, escrito cada uno de ellos en distintos periodos de la evolución poética de su autor (y separados por intervalos de tiempo cada vez mayores), es el esfuerzo del poeta por definir su propia identidad mediante el equívoco y ambiguo vehículo comunicativo que es el lenguaje. Claudio, familiarizado con el canon lírico de España y Europa, así como con las raíces etimológicas del español, siempre según el profesor Mudrovic, poseía un sentido intuitivo del ritmo de la poesía y un don especial para la metáfora, característico del poeta excepcional que con el tiempo llegaría a ser. Pero esa poesía, tan eficaz en el plano del significante, se halla asimismo profunda y sólidamente enraizada en la filosofía occidental, uno de los intereses que ocupó al poeta a lo largo de su vida.
En Breaking New Grounds (esto es, Abrir nuevos caminos), Michael Mudrovic presenta una lectura exhaustiva y un análisis pormenorizado de las obras, desde Don de la ebriedad hasta Casi una leyenda. El académico se sirve para ello de gran variedad de enfoques críticos y teóricos, entre los que destacan las teorías del caos y la repetición, la intertextualidad, la teoría psicoanalítica de Lacan, las convenciones elegiacas y la noción de lo sublime. El estudio del concepto heideggeriano del Dasein proporciona unidad temática al conjunto de semejante diversidad crítica y teórica. A la vez que entabla un diálogo con otros críticos en lo concerniente a los poemas más conocidos de Rodríguez, Mudrovic se encarga también de expandir el canon claudiano al ocuparse de algunos poemas que rara vez son objeto de análisis. A modo de conclusión, se adentra en tres poemas al margen de los poemarios canónicos para definir la figura del poeta como aprendiz de artista, como torero y como víctima propiciatoria y redentora. Al arrojar luz sobre las sutiles tensiones que subyacen al uso dialógico que el poeta hace del lenguaje, Mudrovic invita al pensamiento en torno a los poemas y disipa las dudas que pudieran albergarse acerca de la calidad literaria de la obra de Claudio Rodríguez, a su juicio, uno de los poetas señeros del siglo XX.